
Introducción
ExxonMobil ha anunciado la suspensión de una inversión de alrededor de 100 millones de euros destinada a dos proyectos de reciclaje químico en Europa (Rotterdam y Amberes). El motivo: las nuevas reglas propuestas por la Unión Europea sobre cómo medir el contenido reciclado. Esta decisión genera incertidumbre en el mercado y plantea dudas sobre el futuro del reciclaje químico en la región.
Qué está en juego
La Comisión Europea trabaja en un marco regulatorio que busca definir el cálculo del contenido reciclado en plásticos. El borrador establece que se mida en función de la masa de residuos plásticos que entra al proceso y la masa de producto final que sale.
Según Exxon, este sistema favorece a las plantas de reciclaje químico independientes sobre aquellas integradas en complejos petroquímicos, como las que la compañía planeaba construir.
Por qué Exxon se opone
- Las plantas integradas de Exxon recibirían menos créditos bajo las nuevas reglas.
- Se reduciría la viabilidad económica de proyectos de gran escala.
- La incertidumbre regulatoria dificulta justificar inversiones a largo plazo.
Consecuencias para el mercado
- Menos inversiones en Europa: la región corre el riesgo de quedarse atrás en capacidad de reciclaje químico.
- Retrasos en proyectos: iniciativas de gran escala podrían cancelarse o aplazarse.
- Fuga de inversiones: empresas podrían dirigir recursos hacia países con normativas más claras o favorables.
Oportunidades y retos
Aunque la pausa de Exxon es un golpe para el sector, también abre el debate sobre:
- La necesidad de reglas tecnológicamente neutrales que reconozcan distintos modelos de reciclaje.
- El desarrollo de sistemas de certificación y trazabilidad que garanticen transparencia en el cálculo del contenido reciclado.
- El potencial de otras empresas europeas para ocupar espacio si logran adaptarse a la normativa más rápido.
ConclusiónEl caso de Exxon demuestra cómo la regulación puede influir directamente en las decisiones de inversión en reciclaje químico. Si Europa quiere alcanzar sus metas ambientales y atraer capital privado, deberá encontrar un equilibrio entre control, transparencia y competitividad. De lo contrario, corre el riesgo de frenar la innovación justo en el momento en que más la necesita.